domingo, 20 de noviembre de 2011

Primer intento de red velvet. Resultado: Pink velvet





Después de un pequeño break, esta noche me han entrado ganas de colgar una receta para consolarnos de los resultados de esta jornada, y para aplacar con algo dulce lo que nos espera.

Hacía tiempo que quería intentar hacer los cupcakes “Red velvet” (terciopelo rojo) y he escogido esta receta del curso de cupcakes. Esta receta que nos dieron lleva cacao, vinagre, bicarbonato y nata agria. Según nos dijeron, el color rojo intenso es debido a la reacción química entre los ingredientes, aunque me pareció sospechoso que pusieran también colorante rojo a porrillo.

Bien, como ya os he adelantado con el título de este post, tuve excesiva confianza en la reacción química entre los ingredientes y el resultado fueron unos deliciosos cupcakes de un (pelín decepcionante) color rosa. Aunque se aprecia que la mezcla adquiere un color rojizo, si queréis que con esta receta os salgan unos cupcakes de un color rojo pasión encendida no dejéis de usar una buena dosis de colorante. El colorante líquido no os lo recomiendo por experiencia, ya que se necesita mucho para obtener un color intenso. Yo puse demasiado poco y el resultado es más digno de una Pantera Rosa que otra cosa. Lo mejor es utilizar colorante en polvo o colarante en pasta (de este último una pequeña dosis es suficiente).

El glaseado para estos cupcakes es el “Cream cheese”. La mezcla de ambos sabores es espectacular. También he probado estos cupcakes con glaseado o relleno de “nutella” y los sabores combinan de maravilla.

Vamos al grano, receta para los red velvet cupcakes (salen unos 12):

-         1 güevo
-         180 ml de aceite (mejor si no es puro virgen 100%)
-         15 ml de colorante rojo alimenticio (recordad mi consejo anterior: si os quedáis cortos será pink velvet, pero el sabor es igual de bueno)
-         2,5 ml de vinagre blanco (nada de balsámicos)
-         2,5 ml de extracto de vainilla (o vainilla en polvo, también puede ser)
-         175 gr de harina
-         160 gr de azúcar
-         ½  cuchara de cacao en polvo (o un poco más)
-         1 pizca de sal
-         ½ cucharadita de bicarbonato
-         120 ml de buttermilk

Wait, buttermilk??? What the frak?? Buttermilk es nata agria. Según me informaron, se puede encontrar en Carrefour y en Lidl. Pero gracias a los milagros de la ciencia podemos fabricar una versión casera. Para ello necesitamos:

-         120 ml de leche entera a temperatura ambiente
-         7,5 ml de vinagre blanco
Los mezclamos y los dejamos reposar unos 10 minutos.

Et voilà, ya tenemos todo lo que necesitamos.

La preparación es la siguiente. Por un lado, mezclamos los ingredientes líquidos y los batimos. Por otro lado, tamizamos y mezclamos los ingredientes sólidos. Para finalizar, los mezclamos bien para que quede una masa homogénea. Tan sencillo como esto.

Rellenamos los moldes para muffins/cupcakes y horneamos. El horno debe ser precalentado a 140 °C y subimos a 150°C para la cocción (yo lo puse a 160°C porque no tengo opción, pero 150 es la temperatura que dieron en el curso). La cocción es de unos 20 minutos, pero conviene asegurarse pinchando con un palillo antes de sacarlos del horno.

Cuando lo saquéis del horno, no olvidéis sacarlos enseguida del molde y poner sobre una rejilla si habéis utilizado cápsulas (papelillos de madalena).

Ahora tenemos las madalenas, nos falta el glaseado.

Receta para el glaseado “cream cheese” o philadelphia:

-         90 gr de mantequilla salada a temperatura ambiente
-         125 gr de queso philadelphia
-         2 cucharaditas de extracto de vainilla
-         110 gr de azúcar glass

Primero hay que batir la mantequilla sola con la batidora eléctrica, hasta que quede “a punto de pomada”. Luego añadimos el philadelphia y la vainilla y batimos, y finalmente se añade el azúcar glass. En este punto probad la crema, y añadid o no azúcar según vuestro gusto. A mí demasiado dulce no me gusta, pienso que 110 gr es más que suficiente.

Con ayuda de una manga pastelera, o con un cuchillo o cuchara en su defecto, decoramos o embadurnamos las madalenas con el glaseado.



Los cupcakes son muy esponjosos y la mezcla de sabores con el glaseado es realmente riquísima. De un día para otro casi que son mejores porque los sabores se han acentuado.

La próxima vez probaré otra receta de red velvet, que lleva remolacha, al parecer el origen del color rojo intenso.

Enjoy!

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